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miércoles, 19 de mayo de 2010

NUEVO PROYECTO Y EL FONDO AUDIOVISUAL

En septiembre del 2009 estábamos filmando “Marcelo, la Mafia y la Estafa”. Estábamos un poco chatos del rodaje, así que nos pusimos a fantasear con otras ideas y se nos ocurrió algo que podría servir para otro largometraje.

Así que, apenas terminamos el primer corte de la Mafia, nos pusimos a escribir, porque queríamos presentar el nuevo guión al Fondo Audiovisual. Escribimos durante Febrero y logramos terminar la primera versión.


Ahora venía lo que rara vez nos enseñaron en la universidad. Llenar un montón de formularios y planillas para el fondo audiovisual. Presupuestos, costos de la asesoría de guión y un sinfín de otras cosas.


No tenemos un equipo de producción para asesorarnos en estas cosas así que tuvimos que llenar todo nosotros. Cuando no sabíamos cómo llenar algo, llamábamos a alguien que supiera del asunto. Ojalá alguien que ya hubiera participado con algún proyecto propio. Dedicamos casi todo Marzo y Abril a llenar estas cosas, repasando los presupuestos una y otra vez.


Estábamos postulando a un fondo de guiones y la verdad es que rara vez habíamos estado enfrentados a una situación donde el guión tuviera tan poco que ver.

Quiero decir que la mayor parte del tiempo estábamos trabajando en cosas de producción, de márketing o lo que sea. Pero en esos dos meses, ni tocamos el guión.


Debe ser la parte más aburrida de hacer películas. Y a veces nos preguntábamos si los directores consagrados en el medio como Miguel Littin, Gonzalo Justiniano o Silvio Caiozzi, sabrán cómo llenar estos formularios. O si tal vez tendrán a todo un equipo que se los llena por ellos.


En nuestra poca experiencia, sabemos que sucede lo segundo. El director entrega su guión y le dice a su productor que necesita la plata. Y su productor se encarga de llenar todo eso. O le dice a un asistente de producción que lo llene.


Pero bueno, algún día tal vez podamos hacer eso.


Al mismo tiempo intentamos entregar un guión que cumpla con las características que tiene un buen guión: estructura de actos, personajes con dimensiones, ritmo y tempo, sin diálogos explicativos, etc. Lo que nos han enseñado que es un buen guión (y que se considera un buen guión en la mayor parte del mundo). Tal vez no logremos todo eso, pero lo intentamos al menos.


Luego vemos una película como Isla 10 donde no existe ninguno de esos elementos. Que no tiene una estructura de actos, donde las emociones de los personajes están explicadas por diálogos, donde el protagonista no lucha por nada, y con ritmo que aburre a todos los que conozco que la han visto.

Y resulta que Isla 10 se ganó el fondo audiovisual.


Y ahora nos preguntamos si la gente del fondo sabe algo de guiones o sólo elige la película porque la presenta Littin, o porque tiene una ideología política que va de acuerdo a la del jurado.

Y nosotros aquí, perdiendo el tiempo, preocupándonos de hacer una película entretenida.

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