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jueves, 23 de septiembre de 2010

MARCELO, LA MAFIA Y LA ESTAFA va al American Film Market

Cinema From Chile es un grupo de profesionales audiovisuales que buscan, como dice su slogan, importar conocimientos y exportar contenido.

Ellos este año van al American Film Market en Estados Unidos. La idea es llevar varios proyectos para vender allá y conseguir recursos para su realización.

Entre los proyectos que se llevan este año, estará nuestro largometraje, aún sin terminar, Marcelo, la Mafia y la Estafa.

Si tenemos suerte, tal vez consigamos recursos para poder terminarla o tal vez distribuirla allá.

Obviamente nada es seguro, pero nada se pierde con intentar.

En el sitio web de CinemaFromChile (www.cinemafromchile.cl) pueden encontrar información sobre ellos y sobre sus otros proyectos.

También pueden hacerse fan de su página de Facebook.

martes, 21 de septiembre de 2010

MARCELO, LA MAFIA Y LA ESTAFA: Historia de la Mafia, parte 20

Seguíamos filmando en el sitio baldío. En Huechuraba. Al lado de La Pincoya.

El mayor problema seguía siendo hacer calzar los horarios de los actores para los planos que necesitábamos. Tuvimos que cambiar los planos y filmar la escena en pequeños pedazos. A veces no tenía idea de qué parte del guión habíamos filmado y cuál no.

Los actores, como no les estábamos pagando, a veces tenían que hacer otras cosas. Por eso a veces llegaban cansados y con ojeras.
Ariel Levy en esos mismos días estuvo grabando el trailer de Qué Pena Tu Vida con Nicolás López. Lo grabaron en la noche. Al día siguiente Ariel se notaba cansado y tenía las ojeras marcadas. Pensamos que se iba a notar mucho en cámara. Pero hasta ahora, nadie se ha quejado, así que supongo que no es problema.

Una mañana que llegamos a filmar, nos topamos con Max Meriño, quien interpreta a Bartolomeo. Se suponía que tendría que llegar unas dos horas después que nosotros. Pensamos que había habido una confusión y alguien le dijo mal la hora de llegada. Resultó que no. Max decidió llegar temprano y ayudarnos durante esas dos horas extras.
A veces nos sorprendíamos por el nivel de compromiso que tenían algunas personas para hacer algo por lo cual estaban trabajando gratis.


Necesitábamos un auto lujoso para uno de los personajes. Blopa, el jefe de producción, habló con la gente de una productora, quienes nos habían ayudado durante toda la pre-producción, y a través de ellos se consiguió un Hummer.

El problema es que aquel Hummer tenía unas calcomanías pegadas en todos lados. Calcomanías del dueño. Calcomanías que no servían para nuestro personaje. Así que necesitábamos quitarlas.

Blopa habló con los de la productora y ellos con el dueño y, después de una larga espera, nos dijeron que quitáramos las calcomanías.
Eso hicimos y pudimos filmar.

El problema es que, al parecer, el dueño nunca se enteró de eso. Al terminar la jornada llegó al set indignado por lo que le habíamos hecho a su auto.
Además el auto estaba abollado en un lado porque se nos había caido el tamizador encima.
Un ejemplo del rastro de destrucción que íbamos dejando durante el rodaje.


Al terminar una de las jornadas en el sitio baldío, el equipo se comenzó a ir a sus casas y los productores a dejar actores.
El lugar comenzó a oscurecer y quedamos los dos directores, el equipo de arte, y un par de personas más.
El problema es que estábamos con dos autos lujosos que eran parte de la película, además de los vestuarios arrendados. La Pincoya estaba sólo a metros y no teníamos cómo irnos de ahí.
Llamamos a los productores para que trajeran los autos y nos fueran a buscar, pero estaban atrapados en un taco.
Fue la primera de otras tantas esperas al final de la jornada.
Pero al final no pasó nada.


Pero venía lo más difícil en el sitio baldío. Para unas tomas necesitábamos a todos los actores juntos. Es decir a unos 20 de ellos. En el mismo plano. Ese iba a ser un día agotador.