Agosto 2009. Faltaban actores, equipo técnico y locaciones. Fuimos con el profesor guía de nuestra tesis. “Profe, ¿sabe dónde podemos encontrar estos actores?”. Él nos respondía: “¿Y cuántas lucas tienen para eso?”. Nosotros nos mirábamos en silencio… “Profe, como le dijimos antes, no tenemos plata”. Y el profe decía: “¡Chuta! Lo veo difícil entonces”.
Una semana después en la siguiente reunión. “Profe, ¿sabe dónde podemos encontrar un sonidista?”. El profe decía: “¿Y cuántas lucas tienen para eso?”. “Eh… profe. No tenemos plata”. Y él decía “¡Ah! Porque yo conozco a un tipo, pero ese te va a cobrar. Así que si no tienen lucas, lo veo difícil”.
Fuimos a la escuela de música y sonido de la Uniacc. Hablamos con un profesor y le preguntamos por su mejor alumno, alguien que pudiera estar interesado en hacer el sonido de un largometraje. Nos dió dos números de teléfono. El de Marcelo Mora y el Rodolfo Sánchez.
Llamamos a Marcelo. Dijo que estaba choro lo de filmar y todo pero que le complicaba un poco trabajar todo el mes gratis. Sólo podría unos días a la semana.
Llamamos a Rodolfo (Fito). A Fito le interesó. Además conocía a Marcelo y lo llamó y lo convenció de que fuera su asistente de sonido.
¿Se acuerdan de que hablamos con Man Soo Yoon y le ofrecimos hacer al jefe de la mafia coreana pero como el no habla español no entendió nada?
Fuimos de nuevo a su gimnasio. Esta vez estaba con él su yerno, quien sí habla español. Le explicamos sobre hacer esta comedia y que sólo trabajaría por un porcentaje. Su yerno le traduce a Man Soo Yoon y él responde “Comedia no sabe, comedia no sabe”.
Cuando Man Soo Yoon vio el tráiler y reconoció a Miguel Ángel de Luca pensó que era una película de artes marciales. Pero no lo era así que no estaba interesado.
Fuimos a los centros culturales de coreanos y chinos pero no podían ayudarnos. Estábamos pensando seriamente en cambiar a la mafia coreana por una de otra nacionalidad.
Pero también estaba la mafia turca, de la cual Miguel Ángel de Luca sería el líder. De Luca, con el entusiasmo de siempre, dijo “pasen por mi gimnasio y yo les tengo unos turcos”. Nosotros nos mirábamos dudando un poco. Pero igual fuimos con una cámara. Cada persona que entraba al gimnasio, De Luca la mandaba con nosotros y nosotros la grabábamos.
(si estás en facebook no podrás ver el video, debes ingresar a excaliburcine.blogspot.com)
Sabíamos que no parecían turcos, pero sin duda eran personas con mucho entusiasmo y ganas de hacer una película y concluimos que al final eso sería más importante.
Una semana después en la siguiente reunión. “Profe, ¿sabe dónde podemos encontrar un sonidista?”. El profe decía: “¿Y cuántas lucas tienen para eso?”. “Eh… profe. No tenemos plata”. Y él decía “¡Ah! Porque yo conozco a un tipo, pero ese te va a cobrar. Así que si no tienen lucas, lo veo difícil”.
Fuimos a la escuela de música y sonido de la Uniacc. Hablamos con un profesor y le preguntamos por su mejor alumno, alguien que pudiera estar interesado en hacer el sonido de un largometraje. Nos dió dos números de teléfono. El de Marcelo Mora y el Rodolfo Sánchez. Llamamos a Marcelo. Dijo que estaba choro lo de filmar y todo pero que le complicaba un poco trabajar todo el mes gratis. Sólo podría unos días a la semana.
Llamamos a Rodolfo (Fito). A Fito le interesó. Además conocía a Marcelo y lo llamó y lo convenció de que fuera su asistente de sonido.
¿Se acuerdan de que hablamos con Man Soo Yoon y le ofrecimos hacer al jefe de la mafia coreana pero como el no habla español no entendió nada?
Fuimos de nuevo a su gimnasio. Esta vez estaba con él su yerno, quien sí habla español. Le explicamos sobre hacer esta comedia y que sólo trabajaría por un porcentaje. Su yerno le traduce a Man Soo Yoon y él responde “Comedia no sabe, comedia no sabe”.
Cuando Man Soo Yoon vio el tráiler y reconoció a Miguel Ángel de Luca pensó que era una película de artes marciales. Pero no lo era así que no estaba interesado.
Fuimos a los centros culturales de coreanos y chinos pero no podían ayudarnos. Estábamos pensando seriamente en cambiar a la mafia coreana por una de otra nacionalidad.
Pero también estaba la mafia turca, de la cual Miguel Ángel de Luca sería el líder. De Luca, con el entusiasmo de siempre, dijo “pasen por mi gimnasio y yo les tengo unos turcos”. Nosotros nos mirábamos dudando un poco. Pero igual fuimos con una cámara. Cada persona que entraba al gimnasio, De Luca la mandaba con nosotros y nosotros la grabábamos.
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Sabíamos que no parecían turcos, pero sin duda eran personas con mucho entusiasmo y ganas de hacer una película y concluimos que al final eso sería más importante.
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